El gobierno afgano reivindicó “la independencia y la libertad” del país en medio de una crisis humanitaria y económica. El régimen enfrenta denuncias por violaciones a los derechos de las mujeres.
El gobierno talibán de Afganistán celebra este jueves dos años desde su llegada al poder. El régimen enfrenta renovadas denuncias violaciones a los derechos de las mujeres, en lo que Naciones Unidas denunció como “apartheid de género”, además de una grave crisis económica y humanitaria.
A través de un comunicado, las autoridades afganas aseguraron que “la conquista de Kabul demostró una vez más que nadie puede controlar a la orgullosa nación de Afganistán” y que “no se permitirá que ningún invasor amenace la independencia y la libertad” del país.
El movimiento islamista radical tomó la capital del país el 15 de agosto de 2021 mediante una ofensiva relámpago que coincidió con la retirada de fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos, tras 20 años de guerra contra los insurgentes.
Este jueves, feriado nacional en el país, las banderas del Emirato Islámico de Afganistán ondeaban en los puestos de control de Kabul. Varios seguidores del gobierno se congregaron frente a la antigua embajada de Estados Unidos para sacarse fotografías.
“¡Muerte a los europeos! ¡Muerte a los occidentales! ¡Viva el Emirato Islámico de Afganistán! ¡Muerte a los estadounidenses!”, gritaban los manifestantes en la ciudad de Herat. Hasta el momento, ningún país ha reconocido al Gobierno talibán.
Los talibanes volvieron a aplicar una estricta interpretación del islam que afecta especialmente a las mujeres, quienes viven privadas de derechos básicos en una situación que Naciones Unidos denomina como “apartheid de género” y “crimen contra la humanidad”.
“Condenamos con fuerza las continuas y crecientes violaciones a los derechos humanos de los talibanes, especialmente contra las mujeres y las niñas y la falta de una respuesta efectiva de la comunidad internacional”, afirmaron en un comunicado Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI) y otras organizaciones.
La vocera del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), Liz Throssell, recordó a las autoridades de Afganistán que el país tiene la obligación, en virtud del derecho internacional, de respetar y defender los derechos de todas las personas sin discriminación.
Las restricciones de los derechos de las mujeres, prácticamente vetadas de los espacios públicos, del trabajo y la educación, son un gran obstáculo en las negociaciones para lograr reconocimiento y ayuda internacional para el país, inmerso en una grave crisis humanitaria y económica.
FUENTE: C5N