La discusión sobre la situación socioeconómica de Ecuador es una pulseada en la vuelve a ponerse en debate un modelo de expansión del Estado frente a otro que privilegia la iniciativa privada.
La ola de violencia que atravesó Ecuador en los últimos meses hizo que en la última campaña proselitista quedara en segundo plano la discusión sobre el cuadro socio-económico que vive el país y que, en definitiva, será el que deberá enfrentar quien gane el balotaje de octubre, una pulseada en la que parece volver a ponerse en debate un modelo de expansión del Estado frente a otro que privilegia la iniciativa privada.
“El que gane va a encontrar un país con una economía totalmente desgastada y no tiene que ver únicamente con (Guillermo) Lasso, sino que esto viene del 2015. Es una economía anclada en el petróleo, sin que el petróleo haya podido ser, como fue para otros países, la palanca del desarrollo. Pero además hay un narcotráfico creciente, un costo de vida altísimo, poca inversión extranjera”, afirmó el consultor y analista Christian Albuja en declaraciones a Télam.
Docente en la Universidad Católica de Quito, Albuja consideró que deben fijarse dos prioridades: “Por un lado, atender la cuestión seguridad, porque claramente afecta la economía; y por otro, una tregua política para poder hacer algo en 15 meses, no importa quien gane”.
“El que gane va a encontrar un país con una economía totalmente desgastada y no tiene que ver únicamente con (Guillermo) Lasso, sino que esto viene del 2015. Es una economía anclada en el petróleo, sin que el petróleo haya podido ser, como fue para otros países, la palanca del desarrollo”
Christian Albuja
Luisa González, de la correísta Revolución Ciudadana (RC), y Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN), ganaron el domingo último la chance de ir a una segunda vuelta el 15 de octubre para definir quién completará el mandato del presidente Lasso, hasta mayo de 2025.
Los planes de González, que si gana sería la primera presidenta mujer electa en Ecuador, y de Noboa, que con 35 años es el candidato más joven, suponen modelos bien diferenciados, según el rol que cada uno planea para el Estado, aunque Albuja relativiza ese punto.
“Tres de cada diez personas de la población económicamente activa no tiene pleno empleo, el narcotráfico se apoderó del país y hay un costo de vida altísimo que asusta al extranjero. La economía no tiene una salida única, requiere de alternativas. Y los modelos acá no están definidos por ideologías ni por pensamientos de política económica, sino más bien por las urgencias”, juzgó el analista.
“La economía no tiene una salida única, requiere de alternativas. Y los modelos acá no están definidos por ideologías ni por pensamientos de política económica, sino más bien por las urgencias”
Al difícil diagnóstico se agregó, el domingo, otro dato que puede agravar el cuadro: en una consulta se impuso la decisión de que se abandone la explotación petrolera en el Parque Yasuní, lo que, según el gobierno, implica perder un ingreso de 1.200 millones de dólares y 107.000 puestos de trabajo.
De acuerdo al Banco Central, la decisión reducirá el crecimiento económico en 1,9% desde ahora hasta el 2026,.
Además, Ecuador terminó el 2022 con un déficit de entre 2.200 y 2.500 millones de dólares, en línea con lo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que a fin del año pasado entregó los últimos 700 millones de un préstamo de 6.500 millones acordado en 2020.
Por el cupo que le corresponde al país, este año ya no pudo lograr nuevos créditos del organismo, por lo que debió buscar dinero en mercados financieros internacionales.
Albuja evaluó que parte de las soluciones puede pasar por “destrabar los procesos para que las alianzas público-privada puedan darse”, una variante que “no se dio en los últimos seis años por la desinstitucionalización que se generó, por el miedo de los funcionarios a firmar, por la resistencia a la inversión privada”, pese a que claramente Ecuador es “un país que requiere al emprendedor para generar empleo”.
Para el analista, el país tiene “una economía adicta al gasto público con pocos recursos internacionales y muchas complicaciones para el sector privado”.
Aunque Albuja fue crítico de la gestión de Lasso porque, sobre todo durante la pandemia, “no usó políticas expansivas que ayuden a la economía”, sino que “hubo mucha restricción en obra pública, inversión pública e inversión social”, ahora también advirtió que es preciso “mantener un balance económico en los niveles presupuestarios y no tener déficit en la balanza de pagos, algo que en la dolarización es muy importante”.
“No va a ser fácil, por la caída de ingresos y por la necesidad creciente en todos los ámbitos”, avisó.
FUENTE: Tèlam