Sancionada en 2017 y promulgada parcialmente ese mismo año, la ley regula la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta y sus derivados.
La Ley 27.350 de Cannabis Medicinal estableció, por primera vez en la historia argentina, un marco regulatorio para la investigación del uso medicinal de la planta de cannabis para uso terapéutico y/o paliativo del dolor. La norma promueve el cuidado integral de la salud.
Además, se crea el Programa Nacional para el estudio y la investigación del uso medicinal de la planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales dentro del Ministerio de Salud.
En 2020, se reglamentó completamente la norma a través del decreto 883/20 que permitió la creación del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), una base de datos pensada para registrar a aquellas personas que cuentan con las condiciones para acceder a un cultivo controlado de la planta de cannabis, con fines de tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor.
La ley, también, implicó la creación la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (Ariccame), “organismo competente para regular, controlar y emitir las autorizaciones administrativas con respecto al uso de semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados”.
Los objetivos perseguidos por esta legislación son, entre otros, la promoción de acciones que garanticen el derecho a la salud, de medidas de concientización para la población y el acceso gratuito al aceite de cáñamo y demás derivados del cannabis a los pacientes que se inscriban en el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis.
Esta política colocó una vez más a la salud pública de la Argentina en un lugar de referencia en la región y el mundo.
FUENTE: C5N