La norma a través de la cual se financian parcial o totalmente numerosas producciones nacionales sería derogada como parte de la Ley Ómnibus.
El director “Argentina, 1985”, Santiago Mitre, participó este lunes del plenario de comisiones que debate la denominada Ley Ómnibus, en el anexo C de la Cámara de Diputados y se pronunció en contra de las modificaciones a la Ley de Cine previstas en el proyecto del extenso proyecto legislativo del oficialismo.
Mitre aclaró que “el presupuesto del Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA), pese a las insistentes falsedades que se dicen, no está relacionado con el presupuesto nacional, sino que se autoabastece“.
El proyecto de ley propone la eliminación del financiamiento que el INCAA obtiene actualmente a través del Ente Nacional de Comunicaciones por la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, una de sus principales fuentes de recursos.
Si bien la iniciativa no suprime el propósito de impulso a la actividad cinematográfica, el nuevo texto postula que el Fondo de Fomento Cinematográfico se integrará “con un impuesto equivalente al diez por ciento (10%) aplicable sobre el precio básico de toda localidad o boleto entregado gratuita u onerosamente para presenciar espectáculos cinematográficos en todo el país, cualquiera sea el ámbito donde se realicen”, como ya existe, y “con los recursos que defina el Presupuesto Nacional”.
Pero el director de “Argentina 1985” -que estuvo nominada a un Oscar como mejr película extranjera en 2023- consideró que la norma es un “gesto demagógico y destructivo” que hará del cine una industria “susceptible a convertirse en una herramienta más de los caprichos de la contingencia política”.
“El cine no pide plata, pide que se mantenga la ley que le permite autofinanciarse”, subrayó Mitre, que fue aplaudido por los presentes en el plenario de la Cámara baja.
A su entender, “la pérdida de esa autonomía implícita en la inminente intervención augura un horizonte de menor diversidad, menor calidad, en el cual se vislumbra no un intento de resolver nada sino un gesto demagógico y destructivo, y va a volver a la industria del cine en susceptible de convertirse en una herramienta más de los caprichos de la contingencia política”.
“Argentina es el país que más nominaciones al Oscar tiene en la región. ¿Por qué sucede eso? Porque hay una Ley de Cine que sostiene y fomenta la existencia de un cine argentino. Las películas argentinas se exportan a todo el mundo, son reconocidas en todo el mundo, generan divisas, trabajo de calidad y valor agregado. Le dan visibilidad a nuestro país, generan admiración, ¿por qué queremos destruir eso? ¿Para qué?”, se quejó el director.
“Nuestra perspectiva es que esta Ley requiere análisis de muchísimas áreas, pero el momento de hacer un cambio a la ley de cine implicaría no poder seguir produciendo prácticamente“, señaló por su parte Vanessa Ragone, productora de la película “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella, que ganó un premio de la Academia de Cine de Hollywood en 2010.
“Deseamos pedirle a los legisladores la oportunidad de discutir una nueva Ley de Cine que nos solidifique y que nos lleve al lugar donde siempre hemos estado. Consideramos que apurar unas modificaciones que no conocemos sería letal para el cine e impediría que pudiéramos seguir filmando”, señaló, a la vez que junto a Mitre pidió a los diputados que hagan a un lado los artículos que hacen referencia a la actividad cinematográfica.
De aprobarse el nuevo régimen, no subsistiría la garantía de financiamiento que hoy prevé la Ley 17.741 para sostener las políticas de fomento con el 25% “de las sumas efectivamente percibidas” por el Ente Nacional de Comunicaciones sobre los tributos de la Ley 26.522.
A la vez el proyecto propone eliminar otra fuente de financiamiento que hoy surge de computar el 10% del monto que se derive de la “venta o locación de todo tipo de videograma grabado”.
Mitre, por su parte, subrayó que “Argentina es el país que más nominaciones tiene en la región porque hay una Ley de Cine. Las películas se exportan y son reconocidas en el mundo y le dan visibilidad a la Argentina en todo el planeta”, tras lo cual se preguntó: “¿Por qué quieren destruir eso?”.
“No es momento de retroceder y destruir lo que logramos. Los cambios deben ser reflexivos y sobre todo para atender el prestigio de nuestro país”, afirmó el cineasta.
Esta propuesta de reforma resulta particularmente importante para la comunidad cinematográfica, que venía discutiendo, justamente en el ámbito del Congreso de la Nación, un proyecto de ley para extender la base impositiva a las plataformas de streaming, algo que no redundaría en mayores impuestos, sino que cerca del 10% del IVA que ya se cobra, sea destinado al fomento de la actividad.
Sin embargo, en el nuevo texto, que además modifica la estructura funcional del INCAA (reestructura las funciones de la Asamblea y el Consejo Asesor), no sólo no amplía la base de tributación sino que elimina esta fuente de financiamiento.
La llamada “Ley de Cine” se modificó en 1994 producto de una intensa deliberación entre los propios realizadores, productores y artistas. En ese momento el objetivo fue profundizar su autarquía y robustecer las políticas de fomento y subsidio.