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Un joven argentino fue elegido entre 34 mil postulantes para hacer su residencia de medicina en Harvard

Federico Repetto es de San Justo, una pequeña ciudad en Santa Fe. En diciembre se recibió en la Universidad Favaloro con medalla de oro, y hace diez días se enteró de que lo aceptaron como residente en la red de hospitales de la universidad más prestigiosa del mundo.

Federico Repetto encontró la confirmación de su vocación en las caras de sus pacientes. Cuando estaba rotando en el servicio de Cirugía de Fundación Favaloro, veía salir a las personas del quirófano en estados delicados. Tras semanas de internación, la mayoría se recuperaba. Ahí, en la gratitud que recibía de ellos, en sus expresiones de felicidad al recobrar la salud, Federico ratificó que Medicina era lo suyo.

Ahora, a los 23 años, terminó de cursar la carrera en la Universidad Favaloro y se prepara para el desafío que asumirá a partir de junio, cuando empiece su residencia en Mass General Brigham, la red de hospitales que dependen de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos. Fue uno de los 460 candidatos aceptados por la Universidad, de un total de más de 34.000 postulantes de todo el mundo. Para la especialidad que eligió –Anatomía patológica y Patología clínica– solo había 21 lugares.

“Había comenzado a averiguar sobre esta posibilidad en 2020, durante la pandemia. Mientras finalizaba la carrera, en septiembre de 2023, me postulé a 60 hospitales para hacer la residencia en Estados Unidos. Nunca pensé que me aceptarían en Harvard. Aún no lo puedo creer; mi familia tampoco”, cuenta Federico a Infobae.

“Es un gran orgullo para todo su pueblo, su familia y sus amigos de Buenos Aires”, define su amiga Francesca Olivato. Los Repetto son de San Justo, una ciudad de 22.000 habitantes ubicada en Santa Fe, 100 kilómetros al norte de la capital provincial.

Federico cursó la primaria y secundaria en el Colegio Urbano del Niño Jesús; en 2018 se mudó a la Ciudad de Buenos Aires para estudiar Medicina en la Favaloro. En la escuela descubrió su interés por el cuerpo humano, especialmente a partir de tercer año, cuando eligió la orientación en Ciencias Naturales. Antes había pensado en ser actor o escribano. “Al interiorizarme en las ciencias naturales, me di cuenta de que el cuerpo es súper complejo, y aún hay muchísimo por descubrir”, sostiene.

De esos años también resalta una experiencia que le marcó el camino: en 2015 se fue de intercambio a Texas por seis meses. “Me abrió la cabeza; me hizo ver el valor de explorar otras culturas y conocer nuevos lugares y personas”, recuerda. También fue, claro, una oportunidad para perfeccionar el inglés.

Por eso, a la hora de proyectar el paso siguiente a la universidad, la posibilidad de continuar formándose afuera apareció enseguida. Durante la carrera también había tenido algunas experiencias en Estados Unidos: “Hice una rotación de tres semanas en cirugía en el estado de Washington, en enero de 2022. En ese momento, mi gran disyuntiva era especializarme en cirugía o en patología. Allá conocí al patólogo del hospital: su pasión por la especialidad y su conocimiento me cautivaron tanto que decidí inclinarme por la patología clínica”, explica. Luego siguió otra experiencia de un mes en la Universidad de Utah, en enero de 2023.

De cada experiencia, Federico se trajo cartas de recomendación de otros médicos, una herramienta clave que le serviría más tarde para postularse a hacer la residencia en Estados Unidos. Otro requisito fundamental fue rendir dos exámenes conocidos como United States Medical Licensing Examination (USMLE). Cada uno le llevó un año de preparación, mientras seguía cursando la carrera en Buenos Aires.

El año pasado fue de contrastes. “En marzo de 2023 comencé mi sexto año de medicina, y la universidad me ofreció dos meses de rotación electiva, que realicé en el servicio de patología del Brigham and Women’s Hospital, afiliado a la Universidad de Harvard, entre septiembre y noviembre”, cuenta Federico. Ese fue su primer contacto con el hospital universitario al que volverá en junio. Justo antes de aquel paso por Harvard, había estado tres meses rotando en Villa Atamisqui, una localidad del interior de Santiago del Estero.

En diciembre de 2023 se recibió con medalla de oro y fue abanderado por haber obtenido el mejor promedio. Una vez graduado, en enero y febrero de 2024 hizo un par de rotaciones más en Estados Unidos: en enero de 2024 estuvo en la Universidad de Indiana y en febrero 2024 en la Cleveland Clinic, donde René Favaloro creó el bypass.

El 15 de marzo recibió el mail que definirá los próximos años de su vida: el Mass General Brigham de la Harvard Medical School lo aceptó para la residencia en el programa de Anatomía Patológica y Patología Clínica, que comenzará el 14 de junio. Federico espera “aprender de los líderes en el campo, desempeñar un rol docente con los estudiantes de medicina de Harvard y contribuir a la investigación médica y a la medicina global”. Lo entusiasma especialmente poder hacer investigación de avanzada y tener experiencias de rotación en distintos países.

Sobre las condiciones de la residencia en Estados Unidos, explica: “Tenés un salario que es bastante bueno, que te permite alquilar un departamento. Además Harvard cuenta con un programa de housing que te ayuda con ese tema”. Reconoce que el panorama será diferente para sus compañeros en Argentina: “La situación económica es difícil. Mis amigos que harán la residencia acá no saben cómo van a hacer para pagar un alquiler, sus padres tendrán que seguir ayudándolos”.

Para Federico el futuro empezará a escribirse en dos meses, cuando vuele hacia el Norte. “Me encantaría enfocarme en investigación, poder descubrir cosas nuevas y aportar a la mejora de los tratamientos oncológicos. Me interesa especialmente profundizar en la medicina personalizada (que basa sus decisiones de prevención, diagnóstico y tratamiento en el perfil genético de cada paciente). También me gustaría asumir un rol de liderazgo en el hospital”, proyecta.

¿Qué le recomendaría a alguien que esté pensando en seguir sus pasos? Él enumera: “Lo primero es la mentalidad: creer que es posible. Uno tiende a pensar que no va a llegar, que es muy difícil competir con tantos postulantes. También es fundamental hacer networking, hablar con gente que estuvo ya en la posición a la que aspirás. A mí me sirvió mucho contactar a médicos que ya están allá, existen muchas ayudas económicas de los hospitales que a veces uno no conoce. Puede tomar más o menos tiempo, pero si estás convencido, es posible. Hay que ponerle garra y darle para adelante”.

Fuente: Infobae

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