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Murió Andrea, la tercera víctima fatal del ataque lesbicida en Buenos Aires y sobreviviente de Cromañón

La mujer de 42 años estaba internada en el Hospital Penna con el 75% de su cuerpo quemado, tras el incendio provocado por Justo Fernández Barrientos, quien está detenido. La Federación Argentina LGBT+ aseguró que el hecho constituye “uno de los crímenes de odio más aberrantes de los últimos años”

El domingo cerca del mediodía se dio a conocer que murió Andrea Amarante. Estaba internada con su cuerpo quemado en un 75% en el Hospital Pennae. El ataque homofóbico ocurrió el pasado lunes por la madrugada en una pensión del barrio porteño de Barracas, provocado por Justo Fernando Barrientos. 
 
Se trata de la tercera víctima fatal a manos del lesbicida Justo Fernando Barrientos, quien el lunes de la semana pasada -tras varios meses de hostigamiento- arrojó un explosivo a la habitación de cuatro mujeres lesbianas mientras dormían: Amarante (42), Pamela Cobas (52), Roxana Figueroa (52), las tres fallecieron, y Sofía Castro Riglos (49), permanece internada.

La Federación Argentina LGBT+ aseguró que el hecho constituye “uno de los crímenes de odio más aberrantes de los últimos años”.

La causa está a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°14. El hombre fue detenido y tenía lesiones generadas por una sierra que tenía en su poder y con la que la policía consideró que se había autolesionado. 

Quiénes eran las victimas fatales

Andrea, la más joven de las cuatro victimas con 42 años, había sido una de las sobrevivientes del incendio del boliche República Cromañón, en la zona de Once, que el 30 de diciembre de 2004 dejó como saldo 194 muertos y una gran cantidad de heridos. Sin embargo, nunca recibió atención para su salud mental ni tuvo una reparación económica, ya que no era “parte del padrón de víctimas que el Gobierno de la Ciudad elaboró en 2005”, había denunciado la Coordinadora Cromañon al conocer lo ocurrido en Barracas.

Pamela Cobbas tenía 52 años. Falleció horas más tarde del ataque debido a la gravedad de su estado. Según contaron vecinos y vecinas del hotel, fue vendedora de golosinas y de cosmética. En redes sociales se mostraba abiertamente lesbiana y a favor de los derechos de la diversidad sexual. En algunas fotos se la ve junto a su hijo. 

Mercedes Roxana Figueroa, también de 52 años y pareja de Pamela, falleció el miércoles. Sus vecinos relataron que las mujeres vivían de changas, algunos creen que vendían pañuelitos, y otros, que trabajaban limpiando ropa. 

Sofía Castro Riglos, de 50 años, es la única con un pronóstico favorable ya que “responde bien a las curaciones”, indicaron en el parte médico.

El juez deberá determinar si Barrientos es o no inimputable

El ataque lesboodiante se produjo el lunes pasado por la madrugada en una pensión ubicada en la calle Olavarría 1621, cuando Barrientos, un inquilino que venía hostigando desde hace tiempo a las mujeres, a las que se refería como “engendros”, “tortas” y “gordas sucias”, arrojó una molotov a la habitación donde dormían.

“Él ya las había amenazado una vez. Fue en la última Navidad. Les dijo que las iba a matar a las dos (Pamela y Mercedes) y mirá lo que pasó ahora” dice Diego Hernán Britez. Vendedor ambulante, a los 51 años vive en el segundo piso del hotel familiar ubicado en Olavarría 1621, en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde ocurrió el crimen.

Diego dice que escuchó varias de las peleas verbales que existieron entre el hombre y las mujeres a lo largo de los dos años en los que ellas vivieron allí. Reconoce que a Barrientos le disgustaba que fueran lesbianas y lo hacía explícito. “Discutían bastante. Ellas llamaron a la policía una vez y entiendo que lo habían denunciado”, señaló Britez a la agencia de noticas Presentes. 

Algunos de los vecinos del hotel prefieren no hablar de la relación entre Barrientos y sus víctimas. “Viste cómo son las lesbianas… a los hombres no nos dirigen la palabra”, comentó uno de los habitantes del hotel. 

Para Diego Britez y otros vecinos, el panorama era diferente. “Acá hay mucha gente que piensa como él (Barrientos)”, dijo, en relación a los prejuicios y el odio contra las personas LGBT+.

“No sé por qué dicen que eran problemáticas. Solo porque a veces invitaban a amigas, ponían música un poco más fuerte un viernes, como cualquier persona, compartían pizza y unas cervezas. No eran problemáticas, pero incluso aunque llegaran a serlo tampoco justifica lo que hizo”, aseguró. Y reconoció que la actitud violenta de Barrientos era repetida. “Ya había tenido problemas antes con un hombre gay que vivía en el hotel. Hizo que se fuera. Le arrojaba una zapatilla a su puerta, le gritaba ‘puto’”, recordó Diego.

Según al menos dos personas, entre ellos Diego y Sergio, cuando las mujeres lograron salir de la habitación, Barrientos comenzó a golpearlas. “Cuando salieron de la habitación prendidas fuego, él les pegó y las empujó adentro al fuego de vuelta”, dijo Araujo. “Éramos cinco tratando de separarlo de ella para que le deje de pegar”, agregó Britez. 

Después del ataque, la Policía de la Ciudad encontró a Barrientos en el baño del segundo piso del edificio con una sierra afilada con la que se había autolesionado.

La única sobreviviente fue Sofía Castro Riglos, quien tiene lesiones leves pero por recomendación médica todavía continúa internada en el Hospital del Quemado.

Castro Riglos ya declaró en la causa. Barrientos, en cambio, todavía no fue indagado y el juez Edmundo Rabbione, que subroga el Juzgado número 14, deberá determinar si el apresado es o no inimputable.

Asimismo, el magistrado todavía no definió si le aplicará al acusado el agravante del artículo 80 del Código Penal: si las tres muertes fueron femicidios agravados por el odio al género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión.

Fuente: Perfil

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