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La caída del consumo sigue hundiendo a la industria, que está esperando la Ley Pyme y la letra chica del RIGI

Con un consumo que siguió sin repuntar durante junio y julio, la industria busca maneras de palear el desplome de la demanda interna.

El uso de la capacidad instalada en la industria volvió a contraerse durante junio: alcanzó el 54,5% y su nivel estuvo 14,1 puntos por debajo de los de junio del 2023. El dato fue de la mano con la baja del 5,7% mensual que observó la UIA para la actividad industrial durante el mes, la contracción más importante en lo que va del año y la segunda más profunda desde el cambio de Gobierno. Se trata de una consecuencia directa de la fuerte caída de la demanda interna. Según mediciones privadas, el consumo anotó bajas interanuales de 12,4% y 16,1% en junio y julio, respectivamente. De todas maneras, desde la UIA proyectaron una desaceleración de la caída durante el tercer trimestre, mientras continúan los esfuerzos de la cámara para lograr que el Gobierno sancione la Ley Pymes y detalle una letra chica del RIGI favorable a los proveedores locales.

En junio de 2023, el uso de maquinarias fabriles estaba al 68,6% de la capacidad. En junio de este año, ese porcentaje se redujo hasta el 54,5%, según el Indec. Entre los sectores que operaron por encima de ese promedio estuvieron la refinación del petróleo, con 80,8%; las sustancias y productos químicos, con un 66,3%; el papel y cartón (60,4%), los productos alimenticios y bebidas (59,4%), y las industrias metálicas básicas (56,6%). Sin embargo, en ninguna de las categorías el uso de la capacidad instalada superó su nivel del año pasado.

La caída del consumo
En el caso de la producción de alimentos y bebidas, una de las ramas con mayor peso en la industria, se evidenció una baja de 4,8 puntos en el uso de maquinaria, pese al repunte en la molienda de oleaginosa tras la sequía. Desde el Indec explicaron que ese resultado estuvo “vinculado principalmente a la menor elaboración de carne vacuna”, que cayó un 21% interanual ese mes. “Otros rubros como productos lácteos y bebidas también reducen la utilización de la capacidad productiva”, indicaron.

Se trata de una de las consecuencias de la caída del poder adquisitivo. Entre diciembre y junio, los salarios registrados anotaron una caída real del 9,14% contra los productos de la Canasta Básica Total. Según estadísticas de la CAME, la venta minorista de alimentos y bebidas cayó un 26,6% interanual en junio, por encima del 21,9% general. Un fenómeno que también se repitió en julio, con una caída de las ventas en general del 15,7%, mientras que alimentos y bebidas bajó 20,9%. La consultora Scentia halló un resultado similar: las ventas en los supermercados y autoservicios cayó un 12,4% en junio y un 16,1% en julio.

Los reclamos de los industriales
En este contexto, la UIA dio a conocer que la actividad industrial anotó una caída anual de 19,5% y un rojo mensual del 5,7%. Se trata de la peor variación mensual del 2024 y la segunda más fuerte desde el cambio de gestión, ya que en diciembre la caída fue del 6,4%, por la devaluación. Sin embargo, también informaron que “los datos anticipados de julio indican que se habrían moderado las bajas interanuales y que hubo una mejora heterogénea desde los bajos niveles del mes anterior”. En este sentido, aclararon que “si bien el desempeño mensual se vio en parte favorecido por el bajo nivel de comparación de junio, en el mes de julio la industria presentó una desaceleración de la caída respecto al primer semestre del año”.

La UIA viene insistiendo con dos proyectos clave que el Gobierno tiene en carpeta. Por un lado, la reglamentación del RIGI, particularmente la letra chica en lo referido a los proveedores locales. Por el otro, una Ley Pyme que incluya alivios fiscales e incentivos para exportar. Se trata de un proyecto que viene siendo discutido desde hace un par de meses con la Secretaría de Industria, aunque aún no hay señales claras por parte del Gobierno sobre cuándo se presentaría el proyecto.

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