Esta iniciativa tiene como principal finalidad proteger a los niños, jóvenes y no fumadores de las sustancias tóxicas presentes en el humo del tabaco, tanto de cigarrillos tradicionales como de cigarrillos electrónicos, con o sin nicotina.
Con el propósito de reducir los riesgos asociados al consumo de tabaco, la Unión Europea (UE) dio un paso adelante en su lucha contra este hábito con la presentación de nuevas medidas que buscan restringir aún más el uso de productos relacionados con el tabaco.
Con el propósito de reducir los riesgos asociados al consumo de tabaco, la Unión Europea (UE) dio un paso adelante en su lucha contra este hábito con la presentación de nuevas medidas que buscan restringir aún más el uso de productos relacionados con el tabaco.
El objetivo de estas restricciones es ampliar las prohibiciones ya existentes sobre fumar en áreas abiertas, donde las personas (especialmente los niños y los no fumadores), pueden estar expuestas al humo de segunda mano, lo que se conoce comúnmente como fumadores pasivos.
La propuesta no se limita a los cigarrillos convencionales, sino que también incluye otros productos emergentes como cigarrillos electrónicos y tabaco calentado, dispositivos que, según algunos estudios recientes, también representan riesgos para la salud de quienes se encuentran cerca.
Nuevas normas antitabaco en Europa
El plan forma parte de una estrategia más amplia cuyo fin es reducir el consumo de tabaco en la población europea, con la meta de alcanzar una “generación libre de tabaco” para el año 2040. La visión a largo plazo de la UE es que el número de fumadores se reduzca a menos del 5% de la población en los próximos años.
Sin embargo, las reacciones ante estas iniciativas no fueron del todo unánimes. Los dueños de bares, cafeterías y restaurantes, por ejemplo, temen que la prohibición de fumar en terrazas y áreas abiertas pueda alterar las dinámicas sociales y perjudicar a sus negocios, especialmente en países donde el hábito de fumar al aire libre es parte de la cultura cotidiana.
Por otro lado, expertos en salud pública e incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyaron la ampliación de estas prohibiciones, señalando los graves efectos respiratorios y cardiovasculares asociados con la exposición al humo de productos de tabaco emergentes, como los cigarrillos electrónicos. Según la OMS, las emisiones de estos dispositivos pueden causar daños similares a los provocados por el humo del tabaco tradicional.
A pesar de la controversia, la Comisión Europea insiste en la importancia de tomar medidas para proteger a la población, especialmente a las generaciones más jóvenes, de los efectos devastadores del tabaco. Aunque las recomendaciones no son vinculantes, se espera que los Estados miembros adopten las restricciones en los próximos años, como parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la salud pública en esta región.