Estos hallazgos subrayan que la composición química de los plásticos juega un papel crucial en su interacción con el organismo humano.
En la cotidianidad del consumo de té, uno de los rituales más extendidos y disfrutados, se esconde un fenómeno que pasa desapercibido para la mayoría: las bolsas de té, especialmente aquellas fabricadas con materiales plásticos, liberan millones de partículas de micro y nanoplásticos (MNPLs) en cada taza.
Los investigadores de PlasticHeal han logrado caracterizar en detalle cómo las bolsitas de té comerciales a base de polímeros liberan millones de microplásticos. El estudio muestra por primera vez la capacidad de estas partículas para internalizarse en las células intestinales humanas e incluso pueden translocarse a la sangre y extenderse por todo el cuerpo.
La contaminación por desechos plásticos representa un problema ambiental crítico con implicaciones cada vez mayores para el bienestar y la salud de las generaciones futuras. Los envases de alimentos son una fuente importante de contaminación por microplásticos y nanoplásticos, y la inhalación y la ingestión son las principales vías de exposición humana.
El estudio citado ha examinado tres tipos de bolsas de té disponibles en el mercado: las hechas de nylon-6 (NY6), polipropileno (PP) y celulosa. A través de técnicas analíticas de vanguardia como microscopía electrónica y espectroscopia infrarroja, los investigadores no solo confirmaron la presencia de MNPLs en las infusiones, sino que también identificaron variaciones significativas en las cantidades liberadas según el material.
Por ejemplo, las bolsas de PP liberaron 1.20 × 10 partículas por mililitro, mientras que las de celulosa y NY6 emitieron cantidades menores pero aún preocupantes.
Se observa por primera vez la interacción con células humanas
Las partículas se tiñeron y se expusieron por primera vez a diferentes tipos de células intestinales humanas para evaluar su interacción y posible internalización celular. Los novedosos experimentos de interacción biológica mostraron que las células intestinales productoras de moco tenían la mayor absorción de microplásticos y nanoplásticos, y las partículas incluso penetraban en el núcleo celular que alberga el material genético. El resultado sugiere un papel clave del moco intestinal en la absorción de estas partículas contaminantes y subraya la necesidad de seguir investigando los efectos que la exposición crónica puede tener sobre la salud humana.
“Es esencial desarrollar métodos de prueba estandarizados para evaluar la contaminación por MNPL liberada por los materiales plásticos en contacto con alimentos y formular políticas regulatorias para mitigar y minimizar eficazmente esta contaminación. A medida que el uso de plástico en los envases de alimentos continúa aumentando, es vital abordar la contaminación por MNPL para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud pública”, añaden los investigadores.
El impacto silencioso de los MNPLs en el organismo humano
El consumo accidental de MNPLs provenientes de bolsas de té se suma a otras fuentes de exposición, como el agua embotellada y los recipientes plásticos utilizados para almacenar alimentos. Estas partículas, debido a su tamaño diminuto, pueden ingresar al cuerpo humano, acumulándose en tejidos y órganos, particularmente en el sistema digestivo y respiratorio. Investigaciones preliminares han detectado MNPLs en muestras de heces humanas y correlaciones entre su presencia y afecciones como enfermedades inflamatorias del intestino.
En experimentos controlados, se expusieron células intestinales humanas a partículas de NY6, PP y celulosa para analizar sus biointeracciones. Los resultados fueron reveladores: las células mucosas HT29-MTX mostraron una notable absorción de PP, mientras que las células epiteliales Caco-2 internalizaron preferentemente NY6. Estos hallazgos subrayan que la composición química de los plásticos juega un papel crucial en su interacción con el organismo humano.