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Los alimentos y los medicamentos aumentaron más que la inflación

Aunque el Gobierno presuma y festeje una supuesta estabilidad, los denominados precios relativos de la economía todavía siguen muy desequilibrados. El argumento oficial que justifica que tarifas o sectores que multiplicaron la inflación aún se consideren atrasados. 



El primer año de gestión de Javier Milei cerró con una inflación anual de 117,8%, lo cual reflejó una caída respecto a 2023 producto del feroz ajuste que aplicó La Libertad Avanza. Sin embargo, aunque el Gobierno presuma una supuesta estabilidad, los denominados precios relativos de la economía todavía siguen muy desequilibrados. Los alimentos, los medicamentos y los elementos de cuidado personal reflejan valores que se encuentran muy por encima de la inflación promedio.

Un informe de la consultora LCG contrastó las variaciones de precios de los 21 grupos que conforman el Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec entre diciembre 2023 y diciembre 2024, para poder observar lo sucedido durante el último año. En paralelo, también analizaron la dinámica observada desde diciembre 2018, ya que lo consideran el momento más cercano en el que los precios relativos estuvieron relativamente “equilibrados”, y al ubicarlo como punto de partida “permitiría pensar en eventuales futuros aumentos o en anclas dada la sobrerreacción previa”, explicó el documento.

¿Qué es un precio relativo? Es la relación entre el precio de un bien con respecto a otro bien. Por ejemplo: cuánto vale el maíz en relación a la soja, o cuántos salarios se necesitan para comprar una casa o un auto.

Precios atrasados y adelantados

Por ejemplo, el rubro electricidad, gas y otros combustibles promedió un aumento del 430% anual, 252% superior al aumento del Índice General (117,8%). Tomando como referencia a diciembre de 2018 y bajo la premisa de ajustar los valores a la variación acumulada del IPC en ese mismo período, el precio promedio de electricidad, gas y otros combustibles creció 28% menos que la inflación general en este período, quedando un remanente por ajustar.

Aún cuando muchos bienes y servicios regulados presentaron en este año aumentos muy por encima del promedio, no alcanzaron a compensar el atraso acumulado en los años previos, lo que hace pensar que resta cierta recomposición de precios si el objetivo fuera mantener una estructura de precios relativos similar a la que regía en diciembre 2018. Dentro de esta categoría se ubican el transporte público (308%), telefonía e internet (198%), prepagas (226%), alquileres (200%) y combustibles (135%)Entre ellos abarcan poco más del 20% de la canasta del IPC.

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