Durante una misa en la Catedral Nacional de Washington dirigida por Edgar Budde, Donald Trump se encontró con una sorpresa: la obispa Mariann Edgar Budde lo sermoneó por sus medidas contra la comunidad trans y los migrantes en situación irregular.
“La gran mayoría de los inmigrantes no son criminales. Pagan impuestos y son buenos vecinos. Le pido que tenga piedad, señor presidente”, dijo la obispa, que habló del “miedo” que, según ella, se siente en todo el país.