La obra pertenece al escultor Juan García Guzmán, de la ciudad de Cochabamba, Bolivia. Es el único artista en América del Sur que maneja esta técnica de vaciado en yeso y moldeado en resina y fibra de vidrio, que le otorga a sus esculturas monumentales un nivel de detalle único y una durabilidad y resistencia ideal para este tipo de obras.
Con una altura total de 15 metros, incluyendo pedestal, esta gran escultura es un símbolo de la lucha por la educación pública y el reconocimiento a las mujeres que transformaron la historia. Ubicado en el sur de la ciudad, el parque que lleva su nombre invita a reflexionar sobre el poder de la enseñanza y el compromiso social.