La principal acusada fue sentenciada a perpetua. Con la decisión del jurado popular, después de seis meses de audiencias, terminó un juicio histórico en la provincia. También fue condenada la ex directora del hospital, a cinco años de prisión. El ex ministro de Salud Cardozo fue absuelto. Los hechos ocurrieron entre marzo y junio de 2022.

La enfermera Brenda Agüero fue condenada a prisión perpetua por la muerte de 5 bebés en el hospital Materno Neonatal “Ramón Carrillo” de Córdoba. Cuando se conoció la noticia, conmocionó al país porque parecía el argumento de una película de terror: recién nacidos sanos que morían a las pocas horas en un hospital y, detrás, la sospecha de que la mano asesina era una enfermera. Tres años después, fue un jurado popular el que decidió que Agüero es culpable.
Agüero fue declarada culpable del delito de homicidio calificado por procedimiento insidioso reiterada en cinco casos y tentativa de homicidio en otros ocho casos, de bebés que pudieron sobrevivir. Para el jurado, se comprobó, la enfermera de 30 años les inyectó insulina o potasio, dos sustancias que terminaron siendo incompatibles para la vida de los pequeños.
Además la ex vicedirectora del Neonatal, Liliana Asis, fue condenada a cinco años de prisión. La ex funcionaria recuperará su libertad ya que llegó a juicio con prisión domiciliaria que lleva desde hace 3 años. Le fijó cinco años de inhabilitación para ocupar cargos públicos.
El Tribunal absolvió por mayoría al ex ministro de Salud, Diego Cardozo por el delito de encubrimiento.
Además, condenó a cinco años de prisión a quien era ex vicedirector del hospital, Julio Escudero Salama, pero le fijó una fianza para que permanezca en libertad. Al mismo tiempo, le impusieron una inhabilitación de cinco años.
Por otro lado, el jurado popular, condenó al ex secretario de Salud, Pablo Carvajal, a cuatro años de prisión y otros cuatro de inhabilitación.
También fue condenada a cuatro años de prisión la médica Adriana Morales. Cinco años de prisión y cuatro de inhabilitación especial, a la médica Adriana Morales,
Fueron absueltos por unanimidad, la ex jefa de Enfermería, Alicia Ariza; la médica Claudia Ringhelheim, el ex jefe de Legales del Ministerio de Salud, Alejandro Gauto.
Además, el Tribunal dispuso que los familiares de los bebés sean considerados víctimas de violencia institucional y millonarias indemnizaciones que estarán a cargo de Brenda Agüero y la Provincia de Córdoba.
Fueron 10 horas de deliberación en los pisos superiores del edificio de Tribunales 2, donde desde el 6 enero se llevaron a cabo las audiencias de uno de los juicios con más trascendencia mediática de la historia judicial de Córdoba.
El juicio comenzó el 6 de enero y es uno de los más importantes que se realizó en Córdoba. A lo largo de seis meses, con 57 audiencias y la declaración de 99 testigos, se analizó también la responsabilidad de médicos del hospital (incluida su ex directora, Liliana Asís) y de varios funcionarios públicos, entre ellos quien era la máxima autoridad sanitaria de la provincia en ese momento, el ministro Diego Cardozo.
Fuera del tribunal, hubo dos vigilias: la de las madres y padres que perdieron a sus bebés, y familiares de Agüero. Fue un largo debate porque debió resolverse no sólo la situación de la enfermera sino de cada uno de los otros imputados.

Cuando habló en el juicio, el 14 de enero, el testimonio de Vanessa –que declaró vestida con una remera con el rostro de su bebé– fue desgarrador: “Le reventaron el corazón. El corazón de mi hijo estaba totalmente destruido”. Esa misma mañana, también se descompensó Uma, la hija de Natalí Martínez. La beba logró sobrevivir.
Pasó un mes, y otra vez la tragedia: el sábado 23 de abril murió Benjamín, el primer hijo de Damaris Bustamante. La mujer realizó un detallado relato de la violencia obstétrica que sufrió y contó que alcanzó a tener a su bebé en brazos 40 minutos. Fue la primera madre en dar testimonio en el juicio, y una de las más duras en apuntar contra la enfermera Agüero: “Si tu hijo se muere, va a ser tu culpa”, aseguró que le dijo la enfermera.Damaris, madre de Benjamín, en uno de los testimonios más impactantes del juicio. Foto: La Voz
Al día siguiente, otros dos casos: Francesca y Luna, las hijas respectivamente de Justine Bustamante y Magalí Hermosilla, que tuvieron que pasar varios días internadas pero pudieron salvar su vida. Lo mismo que Isabella, la hija de Gabriela González, que se descompuso el 26 de abril.
Hasta ese momento, estos casos lo adjudicaron a la vitamina K e incluso los trataron como una reacción a esa vitamina. Pero días después, con el séptimo caso, el de Gino, el hijo de Yasmín Barrionuevo, se descartó definitivamente esa hipótesis porque al bebé le encontraron dos pinchazos en la pierna derecha cuando esa inyección la recibió en la derecha.Vanessa Cáceres, la mamá de Francisco, el primer bebé fallecido. Foto Ariel Carreras
Los casos no pararon. El 1° de mayo, Junior, el bebé de Brenda Leiva, tuvo un pico de insulina que lo llevó a estar 12 días internado. Y menos de dos semanas después, la tercera muerte: Ibrahim, el hijo de Julieta Guardia. A la familia le dijeron que se trató de una muerte súbita, pero no pudieron comprobarlo porque desde la dirección del hospital los desalentaron a realizar una autopsia.
El fin de semana siguiente se produjo la llamada “noche fatídica” que terminó siendo central en la investigación.El hospital Materno Neonatal, donde ocurrieron las muertes. Foto Javier Cortez / Archivo
En la madrugada del lunes 6 de junio hubo cuatro casos, de los cuales dos fallecieron: Melody, la hija de Brisa Molina, y Angeline, la hija de Yoselín Rojas. Angeline fue la primera bebé a la que le realizaron una autopsia, y allí surgió el indicio del exceso de potasio. Melody, la hija de Ludmila Torres, fue una de las sobrevivientes (que sigue medicada y con secuelas) y Pilar, la hija de María Martín, la última protagonista de esta historia de terror: se salvó porque las médicas se dieron cuenta que le habían inyectado algo, presumieron que era potasio y pudieron tratarla rápidamente.
La denuncia y la investigación
Después de esa madrugada fatal, se dio licencia a 23 personas que habían estado trabajando y las autoridades del hospital iniciaron una investigación interna pero sin dar aviso a la Justicia. Tras tomar declaraciones en ese sumario interno, el cerco se cerró sobre Agüero, a quien le extendieron la licencia mientras el resto del personal se fue reincorporando.
Pero tuvo que pasar casi un mes para que interviniera la Justicia: no fueron las autoridades del hospital las que denunciaron las muertes, sino el ingeniero Francisco Luperi, esposo de la anestesióloga del hospital Virginia Zamora. Enterado por su mujer de las muertes y las sospechas y, para protegerla a ella, se presentó ante el juzgado el 4 de julio. “Forma parte de los deberes de un ciudadano”, dijo Luperi sobre esa denuncia frente al jurado y los jueces cuando le tocó declarar en el juicio.Liliana Asís, ex directora del hospital. Foto Ariel Carreras
La causa recayó en el fiscal Raúl Garzón, quien mandó a allanar el hospital para buscar pruebas. Finalmente, el 11 de agosto, el caso trascendió a los medios y se empezó a hablar de “una mano negra” de una enfermera que habría provocado las muertes.
Fue el 19 de ese mes cuando detuvieron a Brenda Agüero, quien desde entonces está presa en el penal de Bouwer. Según relataron varias madres en el juicio, cuando comenzaron a ver a la mujer en los medios, se dieron cuenta de que era quien las había atendido luego del parto. Algunas refirieron con precisión que por ejemplo los había acomodado o tocado, y que luego de eso los bebés comenzaron con problemas.
Los expertos que firmaron el peritaje multidisciplinario sobre los 13 casos que se presentó en el juicio no pudieron encontrar un patrón común en todos ellos, pero sí concluyeron que fueron homicidios sin lugar a dudas las muertes de Angeline y de Melody, los únicos dos casos en los que se hicieron autopsias, y que también hubo certezas de inoculación externa en tres bebés que sobrevivieron. Aseguraron que en hallaron niveles inauditos de potasio y de insulina en sangre y que “la única explicación que puede tener es que se haya aplicado de manera exógena”.Una movilización de familiares pidiendo justicia, cuando estalló el caso, en 2022. Foto Javier Cortez / Archivo
En el celular de Agüero, en tanto, encontraron varios archivos sobre efectos del potasio en los bebés. La enfermera argumentó que era material de formación que tenía, justamente, por su trabajo y que se los había compartido una compañera. Siempre defendió su inocencia.
“Cuando veo que hablan de asesina serial, no puedo creer que un área que tanto amaba sea mi desgracia. De amar tanto algo, eso que amas te termina arruinando la vida“, declaró en el juicio y culpó a los medios por haber formado sobre ella una imagen falsa. En su alegato, su abogado fue en la misma línea y afirmó que la causa contra Agüero fue “armada” y que permitió cerrar mediáticamente el caso en un año electoral.El ex ministro Diego Cardozo, en una de las audiencias. Foto: Ariel Carreras
La responsabilidad de las autoridades
La fiscalía y las dos querellas que representan a las familias avanzaron también sobre la responsabilidad en las muertes de las autoridades por no dar aviso a la Justicia ante las primeras muertes que ocurrieron en el hospital.
Para los fiscales, si los hechos se hubieran denunciado cuando los funcionarios tomaron conocimiento, se podrían haber obtenido más pruebas, colocado personal de seguridad en el centro obstétrico y evitado muertes.
Fuente: Clarín