El Ministerio de Salud realizó una jornada de capacitación en la Zona Sanitaria I para fortalecer el rol de los trabajadores sociales en los cuidados paliativos. Apuntan a construir una red que garantice atención digna, humanizada y accesible para personas con enfermedades terminales.
Este martes, la Coordinación de Cuidados Paliativos del Ministerio de Salud realizó una jornada de capacitación-taller destinada a trabajadores sociales que prestan servicios asistenciales en la Zona Sanitaria I.
El encuentro tuvo como objetivo fortalecer la formación profesional desde un enfoque sanitario, reconociendo a los trabajadores sociales como un eslabón clave en el primer nivel de atención de los cuidados paliativos.
La actividad se llevó a cabo en el auditorio Marta Mera y contó con la participación de la coordinadora del área, Dra. Virginia Carrizo, junto al equipo técnico y los profesionales convocados.
“Ante la creciente demanda de atención en cuidados paliativos, el trabajador social representa un nexo fundamental con el paciente. Su rol abarca desde la detección de personas que requieren este tipo de atención hasta la colaboración y gestión de aspectos administrativos”, explicó Carrizo.
La funcionaria también destacó que “este tipo de jornadas se replicarán durante todo el año, tanto de manera presencial como virtual. La idea es conformar una red de cuidados paliativos, ya que el trabajador social cumple un papel importante no solo en la detección y el acompañamiento, sino también en la resolución de cuestiones administrativas que permiten al paciente acceder a un tratamiento lo menos doloroso y costoso posible”.
Prevención y alivio del sufrimiento
Los cuidados paliativos constituyen un enfoque integral que busca mejorar la calidad de vida de pacientes y familias que enfrentan enfermedades graves o terminales. Se enfocan en la prevención y el alivio del sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación adecuada y el tratamiento del dolor, así como de otros problemas físicos, psicosociales y espirituales.
Su importancia radica en que promueven una atención digna, humana y centrada en la persona, especialmente en etapas avanzadas de enfermedad.
